Ha pasado ya un buen tiempo cuando me encontraba trabjando en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México y de un día a otro, me encontré con la noticia en redes sociales de que una persona era nuestro nuevo presidente de asociación estatal. Ahí surgió la cascada de preguntas:
- ¿Cuando fui consultado?
- ¿cuales fueron los estatutos para participar?
- ¿Porqué no fui informado en ese sentido?
- ¿qué sucedió?
- ¿Porqué nunca pueden ser transparentes las elecciones e informar a una mayoría?
- Porqué se hizo en un estacionamiento y no en un edificio del estado?
La mentira tiene patas cortas
La realidad es que actualmente en el atletismo al menos, lo que corresponde a asociaciones estatales es que le falta un carácter ético, de relacionarse y generar consensos claros, si partimos también de la base de que lo que sucede en las asociaciones civiles es que cada personaje (truculento o no) toma posesión de la Asociación cual si fuese un negocio particular. Esto queda comprobado cuando el estado al que pertenece tiene muy poca credibilidad a nivel nacional y también tiene a una disidencia. Esto es, gente que levanta la voz y que son coercionados. Ojo que habrá que revisar a posteriori, sin embargo hoy en día los dados están tirados en la mesa, así como las preguntas.
«Si entendemos que vivimos en una democracia y esta es en términos generales una forma de organización social y política que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia es un tipo de organización del Estado en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante herramientas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme a mecanismos contractuales
¿Porqué no seguir la tradición democrática en estos espacios?
